United States Holocaust Memorial Museum
Las Olimpíadas nazi: Berlín 1936
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Boicot
“...El deporte se ve prostituido cuando pierde la independencia y el carácter democrático para transformarse en una institución política... La Alemania nazi procura utilizar la onceava edición de las Olimpíadas para satisfacer las necesidades y los intereses del régimen nazi en lugar de los ideales olímpicos.” —Comité de Juego Limpio en los Deportes, Nueva York, 15 de noviembre de 1935

Un transeúnte de la ciudad de Nueva York lee un aviso que anuncia la celebración de una reunión pública para llamar a los estadounidenses a boicotear las Olimpíadas de Berlín de 1936.
Un transeúnte de la ciudad de Nueva York lee un aviso que anuncia la celebración de una reunión pública para llamar a los estadounidenses a boicotear las Olimpíadas de Berlín de 1936.
—USHMM #21780/National Archives and Records Administration
Poco tiempo después del ascenso de Hitler al poder en 1933, observadores de los Estados Unidos y otras democracias occidentales comenzaron a cuestionar lo ético de respaldar las Olimpíadas de Berlín organizadas por el régimen nazi. En respuesta a los informes sobre la persecución de los atletas judíos en 1933, Avery Brundage, presidente del Comité Olímpico de los Estados Unidos, señaló: "Los pilares básicos del renacimiento olímpico moderno se verán debilitados si se permite a los países individuales restringir la participación por motivos de clase social, credo o raza". En un principio, Brundage, al igual que muchos otros integrantes del movimiento olímpico, evaluaron la posibilidad de trasladar las Olimpíadas a otro país. Luego de una inspección breve y ceñida de las instalaciones deportivas alemanas en 1934, Brundage declaró públicamente que los atletas judíos estaban recibiendo un trato justo y que las Olimpíadas se realizarían según lo previsto.

Muchos editores de periódicos estadounidenses y grupos antinazis, liderados por Jeremiah Mahoney, presidente de la Unión Atlética Amateur, no estaban dispuestos a dejarse engañar por las falsas promesas y mentiras del régimen nazi respecto de la situación de los atletas judíos alemanes. No obstante, Avery Brundage manipuló a la Unión Atlética Amateur y, tras una votación cerrada, se decidió enviar a la delegación estadounidense a Berlín. Finalmente, los esfuerzos de boicot de Mahoney se vieron frustrados.

The Museum’s exhibitions are supported by the Lester Robbins and Sheila Johnson Robbins Traveling and Special Exhibitions Fund, established in 1990.